viernes, 16 de febrero de 2018

La palabra maldita para acabar con las masacres en las escuelas: dinero

Hoy, mientras hablaba con ella de la matanza de ayer, llevé a mi hija a la escuela, un complejo de edificios al que, según ha ido creciendo la ciudad, se han ido sumando unos a otros sin mucha organización, completamente abierto y cuya única seguridad es un policía y carteles donde se advierte que una persona sin autorización para estar en el campus será detenida inmediatamente. El problema aumenta por el hecho de que de todas las escuelas secundarias de los alrededores ésta es la única de construcción abierta, siendo las demás de un solo edificio de varias plantas al que únicamente se puede acceder por una puerta. Eso convierte a la high school de mi hija en un claro objetivo de un asesino en masa. Por eso los simulacros de ataque son constantes.

Los maestros están cansados de pedir que se cierre el perímetro y se ponga seguridad en una única puerta de acceso. Y la respuesta es siempre la misma: no hay dinero. El distrito escolar no tiene fondos ni de lejos, el gobierno de la ciudad tiene otras prioridades, el del condado lo mismo, el gobierno estatal no puede hacer esa obra con una sola escuela, porque claro, hay muchas otras en el estado en las mismas condiciones, y lo mismo es aplicable al Gobierno Federal, que de hacer algo así debería hacerlo con todas las escuelas que lo necesitan a lo largo y ancho del país.

En esas condiciones una profesora se atrevió a decir a los estudiantes de la clase de mi hija la solución: todo se resolverá cuando haya una masacre en la escuela, después de lo cual aparecerá el dinero necesario para hacer todas las obras que haya que realizar.

Hablando con mi hija le apunté la que creo única solución viable: cerrar el perímetro de cada escuela, instalar cámaras de seguridad y sensores de movimiento en las alambradas, y dejar solo un acceso con un detector de metales fijo. Le añadí que pienso que se puede hacer. Su respuesta fue racionalmente demoledora (ha salido a su padre, para bien o para mal): "claro que se puede hacer, si lo han hecho con los aeropuertos lo pueden hacer también con las escuelas."

Pero no lo harán. No al menos hasta que se produzca una masacre que haga temblar los cimientos del sistema, o una ola de matanzas que saque a la luz el problema y su solución. Mientras tanto, cada vez que haya una decena o más de muertos, llegarán las condolencias y los lamentos, los expertos y los tertulianos, las entrevistas y los artículos. Palabras y más palabras. Pero todo se olvidará al día siguiente del entierro de los muertos, junto a los cuales se habrá enterrado también la solución del problema.

Porque nadie quiere enfrentar la maldita palabra que es esa solución para que no se produzca ni un muerto más en una escuela: dinero.

2 comentarios:

  1. Desafortunadamente, siempre hace falta una desgracia para que los políticos empiecen a hacer algo.

    Y muchas veces ni eso, empiezan a decir lo de "no actuar en caliente", para no hacer nada nunca.

    El ejemplo, ¿cuántas masacres se han producido en USA? Aunque sólo sean desde el 2000, o desde el mandato Obama...

    Lo mismo en España para otras muchas cosas.

    Respecto a tu plan, puede ser efectivo pero, ¿cuántos centros educativos hay en USA? apuesto que cientos de miles, desde primaria a universitarios.., ¿y otros tipos de sitios potenciales? iglesias, parques,....

    Lo único que puede garantizar que se puede parar a alguien que dispara es que haya otro que también lo pueda hacer, desgraciadamente.




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    1. Efectivamente los políticos son expertos en no hacer nada.

      Sobre los ataques, se producen en escuelas públicas porque es donde hay más cantidad de estudiantes juntos y se sabe el horario.

      Estoy de acuerdo en aumentar la seguridad, y cerrar el perímetro es parte de ella. Así se están construyendo las nuevas escuelas.

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