Interesante artículo de Sami Naïr en El País, del que, más que el título, lo que realmente me llama mucho más la atención es el subtítulo:
El asesinato del periodista Jamal Khashoggi demuestra la tragedia histórica en la que se encuentra el mundo árabe.
Y aún más este párrafo:
Es cruel ver que el viento de la libertad no ha soplado en los países árabes que, junto con China y Corea del Norte, se mantienen bajo dictaduras totalitarias, militares, policiales, e incluso regímenes feudales medievales dirigidos por sátrapas que corrompen el mundo con los fondos obtenidos de la explotación de los recursos naturales (petróleo), nunca dedicados al desarrollo social e intelectual de sus poblaciones.
Pues sí, así están las cosas. En los países musulmanes.
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