Pues bien, ahora Viganó ha vuelto a publicar una nueva carta (la tercera), en la que, en su estilo minucioso, se despacha argumentalmente a gusto sobre Ouellet. Afirma que Outlet reconoce que él dijo la verdad en cuatro cuestiones de fondo. Y en las cuestiones donde Ouellet le intenta rebatir (que vienen a ser otras cuatro, pero más bien de forma) puntualiza que lo que rebate Ouellet no es lo que él afirmó.
Este párrafo de su carta lo resume perfectamente:
"En resumen, el cardenal Ouellet admite las afirmaciones importantes que he hecho y hago, y cuestiona las afirmaciones que no hago y nunca he hecho".
Después entra en tres temas concretos. Que en el Vaticano sabían perfectamente de los abusos sexuales de McCarrick. Y dos más, sobre las víctimas y sobre lo que él llama literalmente "el papel de la homosexualidad en la corrupción del sacerdocio y la jerarquía".
La carta (excelentemente traducida por Elena Faccia Serrano para Infovaticana, por cierto) es demoledora y no tiene desperdicio.
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