Impresionantes las palabras de Frank-Walter Steinmeir en lo que respecta al pasado:
“Fueron deportados por alemanes. Alemanes les tatuaron números en el antebrazo. Alemanes trataron de deshumanizar a estos seres humanos, de convertirlos en números, de apagar todo recuerdo de ellos en el campo de exterminio”, expresó. Steinmeier enfatizó la responsabilidad alemana del “genocidio a escala industrial de seis millones de judías y judíos, el mayor crimen en la historia de la humanidad”, así como de la guerra que impactó al mundo en su totalidad.
Igualmente impresionantes sus palabras respecto al presente:
Pese a ello, dijo no poder afirmar que Alemania haya aprendido de la historia ante los sucesos actuales de antisemitismo en el país y que el país parece comprender mejor el pasado que el presente, “cuando se extienden el odio y la instigación al odio… cuando se les escupe a niños judíos en el patio de la escuela [en Alemania]… cuando bajo el pretexto de una supuesta crítica de la política israelí se manifiesta un crudo antisemitismo… cuando solo una pesada puerta de madera impide que un terrorista ultraderechista provocara un baño de sangre en una sinagoga”.
Impresionantes y a la vez tristes, porque son completamente ciertas.
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