En una de mis vueltas por internet me encontré con la foto sobre estas líneas, tomada, como se puede ver en el pie, en una manifestación en en la Puerta del Sol de Madrid el 21 de mayo de 2011, lo que quiere decir que formana parte del llamado Movimiento 15-M, integrado por jóvenes mayormente de extrema izquierda, y que básicamente daría a luz años después al partido Podemos.
Me llamó la atención la pancarta principal precisamente por estar portada por personas de una idea totalmente izquierdista, esa que defiende que, por ejemplo, después de que un joven se ha esforzado en completar con éxito una carrera universitario el Estado está obligado, directa o indirectamente, a proveerle un trabajo acorde con el esfuerzo empleado. De ahí proceden, también por ejemplo, las quejas que continúamente se oyen y leen de jovenes que amargamente dicen que se han visto obligados a abandonar España para labrarse un futuro acorde con sus conocimientos.
Esa es la juventud aniñada que está produciendo España, que piensa que por el hecho de no se un nini ya se lo merece todo. Y cuando no se lo dan la montan parda, como con el mentado Movimiento 15-M y con pancartas ésta.
¿Está el Estado obligado a ayudar a alguien a realizar sus sueños? No. La única forma de llevar un sueño a la práctica es con esfuerzo y perserverancia, levantándose de las caídas una y otra vez, muchas veces sin ayuda de nadie. No hay otro camino. Un camino que la juventud española rehuye.
Efectivamente ningún sueño cabe en una urna. Algo que perfectamente pudo escribir un liberal. Liberalismo que está en las antípodas de las ideas de los jóvenes españoles. Y así les va.
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