La relación de amor-odio de Losantos hacia Vox es de sobra conocida. Este periodista presuntamente liberal (más presuntamente que liberal, por cierto), suele jugar al todo o nada, porque, habiendo sido marxista, el que tuvo retuvo, y ya no defenderá esa ideología, pero sus comportamientos maximalistas en todo son su constante. Por eso siempre ha mantenido un difícil equilibrio entre el PP y Vox, el primero por intereses económicos y el segundo por intereses extremistas. Por lo tanto, para Losantos cuanto más acuerdo haya entre los dos partidos, mejor, para así no verse obligado a tomar partido.
Y en eso llegó el rechazo de Vox a los Presupuestos del PP para la Comunidad de Madrid. Losantos tenía que tomar partido. Y como las lentejas son las lentejas, y los rumores de que su proyecto informativo está financiado, directa y/o indirectamente, por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, estaba claro el partido por el que el pequeño tirano se inclinaría.
Pero no le bastó hacerlo en uno de sus insultantes editoriales. Tuvo que hacerlo en una entrevista (que más fue una encerrona) con la líder voxera a nivel de la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, la cual, justo es decirlo, no tuvo su mejor día, pero contra la que Losantos arremetió sin piedad en una entrevista que más que eso parecía una confrontación dialéctica. Primer asalto ganado en principio por Losantos.
Aquello no debió sentarle nada bien al número dos de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, quien además es esposo de Rocío Monasterio. Así que, en clara referencia al digital y la radio de Losantos, dijo que "yo creo que hay muchos medios que tienen miedo a que si financiación esté en entredicho, creo que hay medios que están mostrando ese miedo". Segundo asalto para Vox.
Pero Losantos no es de los que se quedan con el golpe. Así que entró al trapo como un toro y con su típico tono de sobrao amenazó en plan totalmente prepotente a Espinosa de los Monteros con una demanda si no rectificaba su afirmación. Losantos se apunta el tercer asalto.
Y todos esperando la reacción de Espinosa de los Monteros, quien opta por pasar del tema con un tuit de dos frases, que le deben haber escocido mucho a Losantos. El cuarto asalto cae del lado de Vox. Dos a dos.
Losantos dijo que si Espinosa de los Monteros no rectificaba le iba a demandar y que iba a acabar sentado en el banquillo de los acusados (lo primero está en sus manos, lo segundo no, sino en las de la Justicia, pero así de fantasma es Losantos). Cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta de que la demanda no tiene el menor recorrido, porque las declaraciones de Espinosa de los Monteros fueron indirectas (no mencionó ni a Losantos ni a sus empresas) y sin acusación. ¿Va a cumplir Losantos su amenaza? El sentido común dice que no. Pero la chulería de Losantos dice que sí. Veremos. Interesante guerra, sin duda. Que, si la llevamos a una comparación con un combate, lo ganará Vox a los puntos si Losantos finalmente se achica y no cumple su amenaza.
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