Una mujer blanca lleva dos meses acosando con brutales insultos a un hombre negro por el color de la piel de este último en Baleares. La mujer y el hombre trabajan para el Gobierno de las islas en el servicio de emergencias sanitarias 061. Y a pesar de que el hecho ha sido denunciado nadie ha hecho absolutamente nada. Ni lo hará, porque dicen que no es necesario porque la mujer pronto acabará su contrato y será reubicada en un destino diferente. Y quedarán impunes su racismo y su acoso.
Me quedo totalmente sorprendido, porque aquí, en los racistas Estados Unidos, más aún en Texas, que se debería llevar el premio, un insulto racista se da una vez, pero no dos, porque la persona es automáticamente despedida de su trabajo. Eso es lo que pasaría sin la menor duda, solo por ejemplo, en la empresa en la que yo trabajo.
Pero en la España de, supuestamente, la integración y el respeto pasa esto. Parece que el hembrismo (esto no es feminismo) está por encima (y por mucho, como se ve) de la lucha contra el racismo.
Con una agravante. Esta mujer, como he mencionado, trabaja en el servicio de emergencias sanitarias 061 de Baleares. ¿Alguien imagina lo que puede suceder si algún día le toca atender a un hombre negro?
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