Un trabajador fue despedido en Cartagena (Murcia) de Sabic, una empresa petroquímica, por un "maltrato de palabra y una falta de respeto muy grave hacia un compañero" por ser homosexual. Nada que objetar.
Bueno, sí, mucho que objetar. Y es que ese comportamiento de insultos y humillaciones al otro trabajador homosexual no se trataba de una conducta puntual, sino que es algo que los compañeros consideran que sucedía de forma recurrente. Vamos, que el tipo lo hacía constantemente.
Es una cosa que no entiendo. Y menos en un país tan supuestamente inclinado a proteger los derechos de los homosexuales como España. Aquí, en Estados Unidos, donde ese tema está bastante asumido, y concretando en Texas, un estado muy conservador, y específicamente en la empresa en la que yo trabajo, el trabajador ofensivo no hubiera podido insultar o humillar dos veces, porque tras el primer incidente hubiera sido despedido de forma fulminante. Pero en España se le permitió tanto que, como dice el artículo, ejercía 'bullying' al otro trabajador por su orientación sexual.
Por lo que veo en este tema en España mucho hablar pero poco hacer. Y no es el único asunto, por cierto. Mucho me temo que habrá bastantes más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.