jueves, 23 de febrero de 2023

Teatral (o circense) moción de censura voxera

Está claro que las mociones de censura no son lo de Vox. Su primera moción de censura, a pesar de que uno de los elementos más importantes de una herramienta política así, probablemente el que más, es el factor sorpresa, la anunció nada más y nada menos de un mes antes de presentarla, lo que hizo que llegara a su celebración completamente desgastada.

Pues parece que Abascal, al igual que Feijóo, es gallego, porque con esta segunda ha insistido en sostenella y no enmendalla. Bueno, en este caso, empeoralla, porque llevan mareando la perdiz con la moción de censura la friolera de más de un año y medio. En última instancia han estado creo que más de dos meses en busca de ese candidato independiente. Hay rumores de que rechazaron la propuesta políticos como Leguina, Rosa Díez y Nicolas Redondo Terreros, entre otros. Al final Abascal le propuso a Tamames ser el candidato a través de un individuo tan oscuro como el aparentemente íntimo amigo de los dos Sánchez Dragó (ya saben, el sujeto amante de la pornografía extrema que presumía de haberse acostado con dos niñas de trece años); no tengo claro si el nombre lo propuso Abascal o el pornógrafo pederasta.

Sea como fuere llevamos alrededor de tres semanas con este culebrón, desde que apareció el nombre de Tamames sobre la mesa. Que si Tamames sí, que si Tamames no, que si Tamames tal vez. Hasta que, por fin, ayer se confirmó la noticia. Vox registrará la moción de censura con Ramón Tamames como su candidato el próximo lunes.

Un Tamames que es, hay que recordarlo, además de excomunista (nada que atacar en ese tema, lo importante es lo que dice hoy, no lo que dijo ayer), defensor del aborto, de las autonomías y que considera a Franco un asesino. Este es el candidato que va a representar a Vox. Y que en principio no parece muy acorde con la ideología del partido.

Por cierto, que hay periodistas que opinan que Ramón Tamames, a sus 89 años, pudiera no estar en las mejores condiciones, físicas y/o mentales, para enfrentar el durísimo debate que es una moción de censura. Lo ignoro. Pero tendremos la oportunidad de comprobarlo. Por lo pronto las palabras de Feijóo diciéndole a Tamames que si fuera su padre no le dejaría hacer esto podrían ser una premonición; esperemos que no.

Por todo lo anotado esta moción de censura me parece un auténtico teatro. Que, si las circunstancias se dan, hasta podría convertirse en un circo. Aunque vamos a desear que no suceda.

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