Otro caso que ni me interesaba ni me interesa, pero que me llamó la atención el titular. Resulta que la actriz Ana Duato podría enfrentarse a, lean con cuidado, una petición de condena de 32 años de cárcel por presunto fraude fiscal.
Mientras tanto nos encontramos con casos como 7 años (que se quedan en 5) por secuestro y violación, 3 años de prisión por violar sistemáticamente a una niña desde que tenía 7 años hasta sus 13 o la petición de la Fiscalía de 4 años de prisión para un conductor borracho que atropelló y mató a una niña de 5 años en un paso de peatones.
Aunque como liberal me parece que los impuestos en España son extremadamente altos, rayanos en la confiscación, no seré yo quien diga que los defraudadores fiscales no deben pagar por sus delitos. Pero cuando vemos la desproporción en las penas por delitos horrendos contra la sexualidad y la vida en comparación con otros contra Hacienda se observa claramente una brutal desproporción. Y es que queda claro a lo que en España dan importancia el Estado en general y este Gobierno en particular. Para ellos vale más (mucho más) el dinero estatal que la vida y la libertad de los ciudadanos.
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