Ocurrió el 6 de julio de 2021 en Almería. Un conductor que cuadruplicaba la tasa de alcohol permitida se saltó un paso de peatones y mató a una niña que volvía del parque con su madre. Durísimo.
Pero lo empeora esto: Los padres de Leire piden nueve años y medio de prisión para el legionario que atropelló mortalmente a su hija. Supongo que porque es el máximo al que pueden aspirar por la muerte de su hija. Que con rebajas y demás serían unos seis años en la cárcel.
Pero es que la cosa se pone aún peor: La Fiscalía de Almería va a solicitar cuatro años de prisión para F.M.S., el conductor acusado de atropellar mortalmente mientras conducía ebrio a una niña de cinco años llamada Leire en Roquetas de Mar (Almería) cuando cruzaba un paso de peatones con su madre en julio del pasado año. Vamos, entre dos y tres años al final.
Cuando este sujeto debería pasarse veinte años a la sombra. Pero es España. La niña al hoyo, los padres a vivir llorándola para siempre y el homicida a seguir disfrutando de la vida.
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