domingo, 26 de febrero de 2023

Cuádruple acoso escolar, conocido previamente por maestros y policías, a las gemelas que se lanzaron al vacío

En cuanto se supo que
dos gemelas se habían lanzado al vacío en
Sallent (Barcelona), muriendo una de ellas,
al Departamento de Educación de Cataluña
le faltó tiempo para salir
a la palestra a negar categóricamente que las chicas sufrieran acoso escolar. Ahora ya sabemos que sufrían un brutal acoso escolar por cuatro razones: por ser argentinas, por su típico acento de ese país, por tener problemas para aprender el catalán y porque una de ellas quería que la trataran como un chico. También sabemos que esto sucedió desde el primer momento que llegaron al pueblo, lo cual fue, ojo al dato, que es serio, hace dos. O sea, dos años sufriendo acoso escolar. Y, por si lo anterior fuera poco, también agresiones. Porque este acoso escolar lo sufrieron desde que comenzaron a estudiar en la Torres Amat y continuó en el instituto Llobregat, donde estudiaban 1º de la ESO.

Pero lo peor de todo son frases como las siguientes:
  • Los padres dicen que advirtieron al director del instituto de la situación de sus hijas y que el centro no hizo nada.
  • Cada dos por tres iban al centro a pedir que pararan aquel infierno.
  • Avisaron al centro y también a la Policía Local.
  • Este no es un caso aislado y se dan otras situaciones de acoso en el centro.

Lo sabían. Lo sabían todos. Y no hicieron nada. Absolutamente nada.

El director del Departamento de Educación de Cataluña debería ser cesado inmediatamente, por negar algo que ya es evidente. El director del instituto y el de la escuela deberían pasarse cinco años en prisión por negligencia grave y al salir no poder ejercer nunca más. Y el jefe de la Policía Local debería seguir el mismo camino que el director. Nada de esto pasará, evidentemente, porque en España lo que se premia es al delincuente, ya sea acosado, director del colegio protegiendo al acosador o policía que hace lo mismo. Y a la víctima se la abandona por completo.

Por cierto, que esto sucede en la integradora España, de diversidad cultural, sexual y demás. Sí, ya.

Y otro por cierto, vivo en Estados Unidos, donde no existe un protocolo antiacoso, sino una persecución del acoso escolar, que no se permite bajo ninguna circunstancia. Repito, ninguna. Y al que se atreve a practicarlo se le cae el pelo desde el primer momento. ¿Esto mismo no se podría hacer ¡ya! en España? Por supuesto que sí. Pero no tienen el menor interés.

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