martes, 11 de junio de 2019

La prensa española es, en general, una auténtica basura corrupta manipuladora

No he leído (aún) el libro El Director, del exdirector del diario El Mundo David Jiménez, pero me he leído, visto y escuchado todas las entrevistas que he encontrado.

Y la conclusión que he sacado es la del título. Sin duda habrá excepciones, pero en general la prensa española es auténtica basura corrupta que, al servicio de sus amos, lejos de informar a sus lectores trata de manipularlos como votantes.

Destaco frases y párrafos que me han llamado la atención de lo leído y escuchado.



Extracto del libro 'El Director' en El Conficencial:

"Todo había empezado cuando la prensa vivía en la abundancia y los regalos de empresa colapsaban cada Navidad los servicios de mensajería de las redacciones. Jamones, cajas de vino, puros Montecristo, tarjetas regalo de El Corte Inglés y cestas con caviar incluido se acumulaban junto a las mesas de los redactores jefe y en los despachos del 'staff'."

"Las comidas gratis en los mejores restaurantes, los coches prestados indefinidamente y los créditos a intereses inimaginables para el resto de los mortales estaban a la orden del día."

"Un exconsejero del Banco Popular me contó que la política de la empresa era «tener contentos a los periodistas de Economía» con hipotecas por debajo del mercado, para asegurarse una cobertura amable. El banco terminó yéndose a pique tras haber mantenido durante décadas la imagen de ser el mejor gestionado del país."

"Llegó un momento en que el diario tuvo que recordar a los redactores que aquellos viajes contaban como vacaciones y no como coberturas, por mucho que al volver se escribiera una crónica al dictado de la oficina de turismo."

"Los sobresueldos para informadores estaban ahora a la orden del día, pagados por agencias de comunicación, clubes de fútbol, partidos políticos y grandes empresas como Telefónica, que durante la presidencia de César Alierta llegó a tener subvencionados a 80 de los más conocidos informadores del país. (…) Comprarse un periodista no era posible en España, pero como dice el dicho afgano sobre la corrupción: del alquiler se podía hablar. (…)"

"Una tertulia podía bastar para ganarse a un periodista."

"Era una guerra donde se humillaba al tertuliano enviándole mensajes con las consignas a repetir."

"Una de las encargadas de mantener el reparto mediático entre las familias del poder era la secretaria de Estado de comunicación Martínez Castro, conocida como el bulldog de Moncloa por las broncas que echaba a directores de medios y periodistas."

"El poder había dejado de temer a la prensa y ahora era la prensa la que temía al poder."

"Algunos capos del periodismo capeaban la crisis aparcando las sutilezas para abrazar directamente lo que en las redacciones se conocía como el periodismo de trabuco. El sistema sostenía a nuevos diarios digitales que operaban haciendo a empresas e instituciones públicas ofertas que no podían rechazar: o ingresaban una determinada cantidad de dinero en publicidad o serían golpeados con informaciones comprometedoras, a menudo inventadas."

"Los Acuerdos, como se conocían los pactos negociados por la prensa tradicional con las grandes empresas al margen de las cifras de audiencia o el impacto publicitario, nos habían salvado de la ruina durante la Gran Recesión. Era un sistema de favores por el que, a cambio de recibir más dinero del que les correspondía, los diarios ofrecían coberturas amables, lavados de imagen de presidentes de grandes empresas y olvidos a la hora de recoger noticias negativas."



Audio-entrevista de César Vidal:

"Yo pensé entonces que Tenía una ventaja sobre otros posibles candidatos, y era que el haber estado fuera hacía que yo no le debiera un favor a nadie, y casi más importante, tampoco nadie me lo debía a mí."

"Presionar y someter a la prensa."

"Se han mezclado aquí los roles... [gestores que querían dirigir el periódico] y periodistas que querían ser gestores, políticos, yo los llamo en el libro ministroperiodistas."

"Los Acuerdos definen perfectamente que ha pasado en la prensa tradicional y los medios principales de este país y cual es su atadura, sus cadenas a ese poder económico. ¿Los Acuerdos en qué consisten? Son esas empresas del Ibex que pagan a los periódicos y a los medios tradicionales mucho más dinero del que les corresponde por su audiencia, pero claro, nadie da nada gratis, y los favores no se hacen muchas veces por nada, salvo que te los dé alguien muy amigo o alguien de la familia. Lo que se espera a cambio de esa inversión publicitaria exagerada es que uno guarde en el cajón cualquier información que comprometa a los directivos de esas empresas, que cuando ellos te llaman para decir 'oye, tratame bien esto', pues tú lo trates bien dándoles más cobertura. En realidad están comprando inmunidad frente a la incomodidad del periodismo."

"Yo creo que es la clave, una de las claves del libro. Es decir, muchos de los defectos que vemos en la política o que criticamos en el Ibex, están en la prensa. La única diferencia es que en la prensa hemos mantenido un armario digamos cerrado con todo lo que ocurría. Nuestras miserias, nuestras prebendas, nuestros privilegios, que los hemos tenido y muchos, todo eso ha permanecido oculto. Porque, como digo en El Director en otro pasaje, a los periodistas nos encanta contar una buena historia siempre que no sea la nuestra."

"Hemos dejado que se pudra el oficio. Es verdad lo que tú dices de que estamos en un momento de descrédito frente a la gente muy grande."

"Son muchos los periodistas que han estado cobrando prebendas, que han estado con sobresueldos de grandes empresas... algunos de los más conocidos, y más reconocidos por su prestigio, periodistas de este país, mientras estaban informando, supuestamente de manera independiente, estaban cobrando subresueldos."

"La prensa durante más de tres décadas no publicó nada negativo de la Monarquía. El tratamiento que se dio a Juan Carlos I fue de todo es absolutamente fantástico y no vamos a decir nada de lo que todos sabíamos. ... Enviamos el mensaje a la Monarquía de que estaban por encima del bien y del mal, que no estaban sujetos a la crítica de la prensa, que daba igual lo que hiciera el rey, se iba a ocultar. ... Ocurre lo mismo con el caso Urdangarin; es que yo recuerdo de como se hablaba en la redacción de las corruptelas de Urdangarin; durante años se estuvo hablando y se sabía; pero nadie se atrevía a decirlo."

"Yo creo que los columnistas en España han vivido en una burbuja también, ganando unos sueldos... me hacen llegar el listado de nuestros colaboradores, columnistas y demás, con sus sueldos, y casi me caigo de la silla. Porque, ¿qué ocurría?, que nosotros estabamos pagando a un reportero que se estaba jugando la vida en Siria setenta u ochenta euros una crónica, y luego tenías columnistas que en algunos casos llevaban escribiendo la misma columna en bata desde su casa desde hacía veinte años, y que ganaban una fortuna."



Vídeo-entrevista de Eldiario.es:

"Los periodistas... hablamos de los políticos, hablamos de los empresarios, criticamos a los futbolistas..., a los restaurantes si no nos gustan; en cambio, jamás hablamos de nosotros mismos; es como que hay un velo ahí y una ley del silencio".

"Está el tema de las prebendas, está el tema de las influencias, está el tema de los regalos, está el tema de los sobresueldos; es decir, mucho de lo que hemos criticado siempre de los políticos llava años ocurriendo en la prensa".

"El poder económico protegía al poder político, el poder político protegía al poder económico, la prensa protegía al poder económico;... esto es un triunvirato de poder, es decir, los intereses son comunes;... sus intereses están tan interligados ahora que yo creo que no tienen ni que hablar;... al final todo está mezclado".

"Un país donde por una tertulia había gente que aceptaba esas consignas, aceptaba decir lo que le decían desde Mocloa".

"Al final todos los favores que el Ibex le hace a la prensa se pagan de una manera u otra".

"Se ha interiorizado dentro de los propios periodistas que hay una serie de personas que son intocables".

"Cuando te llegaba una información de Telefónica, del Banco Santander, de El Corte Inglés, de todas estas empresas digamos poderosas y que eran los grandes anunciantes de la prensa, el propio peridista sabía, vamos, ni se me ocurre ir al jefe a proponer que esto vaya a ser publicado, porque sabías que no iba a pasar el corte. Y es es un sistema que yo creo que ha ido corrompiendo a la prensa, ha ido deteriorando la calidad de la independecia. Y ha ido haciendo, o enviando el mensaje a esas empresas de que podían hacer absolutamente lo que quisieran, porque nadie las fiscalizaba; es decir, ellos no sentían la vigilancia de una prensa detrás, que si hago una irregularidad me van a publicar una notica a cinco columnas en la portada, porque como estoy pagando todo este dinero a la prensa sé que me he ganado su favor y que no lo van a hacer".

"Telefónica estuvo pagando por diferentes servicios a cerca de ochenta periodistas".



Entrevista de El Periodico:

"El nivel y la calidad de la libertad de expresión en España no se corresponden con un país moderno, europeo y occidental. Estamos por detrás."

"No podemos poner la crisis como excusa de muchas cosas que se han hecho mal en la prensa. Las ataduras de la prensa tradicional con el poder político y empresarial vienen de muy atrás. Muchas de las cosas que cuento ya sucedían en la época del 'boom', cuando los periódicos eran rentables y ganaban dinero. Lo que pasa es que con la crisis rompemos todavía más algunos de esos códigos éticos que deberíamos tener como periodistas."

"Si queremos compararnos con países con una tradición de prensa como la del Reino Unido, Alemania o Francia, estamos claramente muy atrás. Los políticos y los grandes empresarios de este país no entienden el papel de una prensa libre en democracia, tratan de condicionarla de diferentes formas, y después de la crisis la han condicionado todavía más."

"La mayoría de los medios tradicionales, sobre todo de prensa escrita, no habrían sobrevivido a la crisis sin los favores del Ibex y los Gobiernos. Todavía hoy son dependientes de esos acuerdos. La circulación se ha desplomado, los ingresos se han desplomado y hemos ganado mucha audiencia en los soportes digitales, pero no ha compensado la caída del impreso. En ese desequilibrio hemos tenido que buscar los favores de gobiernos y empresas. Ahí es donde nos vimos atrapados, y seguimos atrapados."

"Los acuerdos son tan parte del sistema que difícilmente pueden ser alterados por un libro."

"Mi deber como periodista es: si tengo una buena historia, contarla. Y si afecta a mi propio oficio, no puedo decir: es que son de los míos, vamos a guardar esto en el cajón para que nadie se entere."

"Yo quería romper la ley del silencio que ha existido en torno a la prensa durante décadas. Una ley por la cual los periodistas se atribuían legítimamente el derecho de criticar, desvelar e informar sobre todo el mundo, menos sobre sí mismos. De ahí la reacción de una parte de la prensa tan negativa hacia el libro."

"Lo importante para mí es que el libro ya ha abierto un debate sobre el estado del periodismo en España. Me encantaría que llevara a la autocrítica y a la conclusión de que también necesitamos esa regeneración que le hemos exigido a la empresa y a la política. Lo ideal sería que los compañeros que me escriben contándome las manipulaciones en sus medios, y que lo hacen solo por privado, también se animaran a contar lo que va mal."

"Se podrían escribir tres libros más con la información que me ha llegado desde que he publicado el libro: de televisiones, radios, grandes periódicos, de pequeños diarios de provincias donde muchas veces las presiones y los intereses son incluso mayores."



Entrevista de Zenda:

"Cuando ocupas el centro de poder de un periódico como El Mundo sin conocer bien cómo funcionan las intrigas, las conspiraciones políticas, mediáticas, empresariales, estás en una posición de vulnerabilidad muy grande."

"Yo acepto todas las opiniones. Al final, el libro es un relato de cómo yo viví ese año al frente de El Mundo y acepto que todo el mundo tenga una opinión y diga «fue diferente». Me parece muy bien."

"Vamos a asumir por un momento que yo fuera terriblemente malo como director: ¿los otros tres también lo eran? ¿O estábamos ante una operación bien organizada del poder político, mediático y económico para intentar someter a un diario que llevaba demasiados años siendo combativo e incómodo para gente muy influyente de este país?"

"Mi mayor logro fue, quizá, el más simple: hacer un periódico en el que la opinión y la información estaban divididas, separadas. No se contaminaban una a la otra. Creo que es una de las grandes cosas que ha perdido el periodismo en este país, donde cada día vemos titulares que parecen editoriales, vemos activismo más que periodismo, propaganda en lugar de hechos, manipulación burda en algunos casos en lugar de la verdad."

"Me parece absurdo negar, a estas alturas, que el futuro de la prensa es digital. El papel, por supuesto, puede sobrevivir, y puede ser una parte del proyecto de un gran periódico. Pero la supervivencia va a depender de que esos periódicos hayan construido un negocio digital."

"Los Nobles les llamo, que se atribuyeron privilegios que no tenían el resto de sus compañeros, que tenían los sueldos más altos, que daban lecciones en la redacción a los demás y que, a la hora de la verdad, no sólo no cumplían con el ejemplo, sino que, en algunos casos, terminaron aliándose con las mismas personas que querían someter el periódico y entregárselo a esos intereses y a esos poderes."

"Han pasado ya algunos años desde que yo dejé la dirección de El Mundo, pero recuerdo el miedo que el periodismo sentía esos días hacia el poder. Hay una parte del libro en la que se dice que después de haber estado veinte años fuera de España, al volver me encuentro que el poder había dejado de temer a la prensa: era la prensa ahora la que temía al poder."

"Los Acuerdos son pactos que existen entre el poder económico, el Ibex, y la prensa de este país, por los cuales los diarios y otros medios de comunicación reciben mucho más dinero en publicidad y promociones y acuerdos de todo tipo del que les correspondería por audiencia. Claro, ¿quién da dinero y, sobre todo, en esas cantidades, sin esperar nada a cambio? A cambio, en la letra pequeña, o en la letra que incluso no aparece en esos acuerdos, se entiende que los grandes presidentes de esas corporaciones están comprando una cobertura mucho más amable de sus empresas y una protección cuando llega alguna información que les afecta a ellos directamente. Cuando tú te encuentras un director que no está dispuesto a cumplir esos acuerdos, el sistema, de repente, detecta que hay una pieza que no encaja en su sitio. Y esa pieza tiene que ser reemplazada. De ahí que los grandes capos mediáticos no puedan aceptar un director que no atienda a los favores que se le piden. Ese mismo empresario empieza a ser irrelevante en el círculo de poder de este país. Al final lo que ocurre es que si tú rompes los acuerdos de ese gran juego de los favores del que hablo en el libro, sales de la partida. En un país normal, el director que defiende la independencia de su periódico es el que dura, y el que se somete al poder, es el que es reemplazado. Aquí hemos cambiado completamente las tornas."

"Una de las críticas que menos puedo aceptar sobre el libro es cuando se dice: «Vaya, mira, cómo se ha sorprendido. ¡Por supuesto que hay presiones! ¡Por supuesto que se despide a periodistas por hacer su trabajo! ¡Por supuesto que se coloca a tertulianos!». El oficio ha normalizado lo que no es normal. Y es curioso, porque eso es precisamente lo que achacamos a los políticos. Y nosotros hemos hecho lo mismo. Hemos normalizado cosas que no son normales. ¿Qué ocurre? Que cuando viene alguien que lleva veinte años fuera de ese sistema, por supuesto que se sorprende. Porque no ocurre en todos los lados, por mucho que tú hayas vivido ahí dentro y hayas concluido que eso es perfectamente normal. No lo es."

"Nuestro oficio consiste en vigilar el sistema. Y tengo la sensación de que, poco a poco, el sistema consiguió abducirnos."

"En todo caso, sí me veo no tanto dirigiendo un proyecto periodístico como ayudando a inspirar uno."



Entrevista de El Salto:

"La relación entre los medios y el poder está contaminada y no será fácil revertirla. Cuando dejas que algo se pudra durante tanto tiempo, en parte gracias a la ley del silencio que los periodistas hemos impuesto sobre nosotros mismos, no basta con la denuncia."

"La salud democrática se resiente, porque uno de los vigilantes del sistema no hace su trabajo. El gran fracaso de la prensa fue convertirse en parte del sistema que debía vigilar."

"Son los pactos con los que el Ibex riega de dinero a los medios tradicionales, ofreciendo en publicidad y patrocinios más dinero del que les corresponde por audiencia. Pero esas empresas no son ONG, a cambio de esos favores esperan un trato amable y protección para sus directivos."

"Un amigo periodista me decía el otro día que la crítica más insostenible es la de quienes dicen: “Mira este qué pardillo, sorprendido de que haya presiones”. Prueba hasta qué punto hemos normalizado lo que no es normal."

"Medios digitales que chantajean a empresas para que paguen dinero a cambio de no hablar mal de ellas, informadores al servicio de las Cloacas del Estado... Nada de eso es normal y no ocurre en la mayoría de las democracias."

"Pensaron que los privilegios del cargo serían lo suficientemente atractivos como para que aceptara compromisos morales."



Entrevista de Público:

"Nos dedicamos a criticar a todos los demás, si bien nunca habíamos hecho el ejercicio de mirarnos a nosotros mismos, abrir las ventanas y airear las miserias propias. Es curioso que el periodismo se dedique a desvelar las de los otros, mas nunca las suyas. El grado de corporativismo lo refleja esta frase que han llegado a decirme algunos colegas: “No tienes derecho a escribir ese libro”. Se creían inmunes a las críticas, pero ¿por qué no se va a contar lo que pasa en la redacción?"

"Muy parecido [un libro sobre otro periódico escrito por uno de sus exdirectores]. Sobre todo, de la prensa tradicional. He compartido vivencias con ellos y son prácticamente las mismas. Las presiones, ataduras y relaciones con el poder económico son similares, así como el mundo de las redacciones."

"Estamos hablando de llamadas de despachos que le cuestan la carrera a profesionales, de premiar a periodistas afines en tertulias y de castigar con el despido y la precariedad a quienes no pasan el aro, de lluvia de dinero a la prensa tradicional a cambio de ocultar informaciones comprometedoras para grandes empresas del Ibex."

"Estamos en manos de un triunvirato de poder económico, político y mediático, que opera en consonancia y de manera muy coordinada."

"Un 1% de investigación y un 99% de filtración [hay en España de periodismo de investigación y de periodismo de filtración]. Voy más lejos: el 70% es filtración interesada y procedente de fuentes nada limpias."

"El columnismo ha sido una de las grandes burbujas de este país. Lo que yo llamo Los Inspirados, es decir, columnistas que cobran sueldos desproporcionados, mientras que ese mismo periódico le paga sesenta euros por crónica al reportero que se está jugando la vida en Siria. Ese defecto de los políticos que tanto hemos criticado los periodistas —o sea, que son una casta privilegiada y que muchos ciudadanos han pagado la factura de sus privilegios— es igualmente achacable al periodismo. Hay una casta periodística que ha vivido por encima de sus posibilidades."



Entrevista de Vanity Fair:

"A los políticos españoles sólo les gusta la libertad de prensa cuando hablas bien de ellos."

"Los medios, con excepciones, han alimentado el sectarismo."

"Es difícil explicar que cuando el poder económico y político intentaron asaltar la independencia del diario, hubo gente dentro que se sumó a ese acoso y yo he decidido ser brutalmente honesto aunque eso supusiera tocar a amigos y hacer autocrítica."



Hilo en Twitter del propio David Jiménez:

"Se dice en un pasaje: a los periodistas nos gusta contar una buena historia, pero no la nuestra."

"El periodismo español está necesitado de una regeneración urgente. Por supuesto no todo: hay gente magnífica en el oficio. Pero nos hemos dejado contaminar por los defectos que denunciamos de la política. No tendremos legitimidad ante la gente hasta que limpiemos nuestra casa."

"El Director muestra cómo el poder ha doblegado y corrompido a los medios. También a periodistas."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.