La verdad es que lo que leo me pone los pelos de punta (uno, dos y tres).
Nos encontramos con que esa admirada por muchos españoles sanidad pública, a través de aplaudidos doctores que forman parte de ella, está ya tomando la decisión de qué vida vale más la pena y qué vida vale menos. Una a la UCI, a luchar por ella, y la otra a Cuidados Paliativos, a morir sin dolor. Un médico decidiendo, en la práctica, quién vive y quien muere.
Y, pòr más que se intente ocultar con subterfugios, la realidad es que las victimas de esa espantosa selección son y serán los ancianos, cuyas enfermedades y edad les colocan en una posición de total desventaja.
Médicos que en su inmensa mayoría no creen en Dios, porque piensan que los dioses son ellos, líderes de la intocable sanidad pública, decidiendo sobre la vida y la muerte de las personas. De verdad, no sé qué decir.
A esto ha llegado la sanida pública española. A esto ha llegado España.
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