Después de diez años (que se dice pronto) retomo mi serie España, partidocracia, pero solo en lo referente a las elecciones generales, por el tiempo que tengo (poco) y porque los enjuagues partidocráticos, que permiten que salga Presidente del Ejecutivo en cuestión uno o incluso su opuesto en ideología, en las elecciones autonómicas y municipales creo que están al alcance de todo aquel que quiera buscar un poco (no necesita buscar demasiado, sin duda).
Vuelvo al tema, con textos breves (nuevamente apelo a mi falta de tiempo, pero también a lo evidente de los casos, como habrá ocasión de comprobar), para demostrar aún más claramente de lo que ya lo hice hace diez años que España es un régimen donde una vez que los votantes introducen la papeleta en la urna los partidos políticos son los que realmente toman la decisión que les apetece, que puede ser una o su contraria.
Os copio un párrafo de mi sistema de valoración:
El sistema será sencillo. Quiero analizar hasta que punto fueron los partidos políticos y no los ciudadanos los que decidieron los gobiernos. Y utilizar tres colores para concluir el texto: Verde cuando la elección de los partidos hubiera coincidido con total seguridad con la de los ciudadanos; amarillo cuando, aún sin esa seguridad total, hubiera bastantes posibilidades de que los ciudadanos hubieran elegido ese mismo gobierno; y rojo cuando hay muchas dudas de la voluntad de los ciudadanos en la elección que hicieron los partidos.
Empezamos en seis días (un texto cada jueves).
España, partidocracia (serie)
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