35 años en España de socialdemocracia, fomento de la inmoralidad e ingeniería social

Tal día como hoy de 1982 Felipe Gonzaléz arrasó en el debate de investidura, tras haber arrasado previamente en las elecciones del
28-O. Llegó al gobierno aquel PSOE con la filosofía a la que le puso palabras Alfonso Guerra: "A España no la va a conocer ni la madre que
la parió".


Y que razón tenía. Desde entoces nos ha llegado la ley del aborto de González, la ley del aborto de Zapatero-Rajoy, la ley del matrimonio homosexual, las leyes de privilegios legales de mujeres y miembros del colectivo LGTBI, las leyes contra la libertad de opinión sobre cuestiones contrarias al mencionado colectivo LGTBI, la promoción desde tempranas etapas escolares de la experimentación sexual, el poco o nulo castigo de los delincuentes, y un largo etcétera de despropósitos que se han fomentado activamente por unos ya largos 35 años (excepción hecha, tal vez, de los 8 años de Aznar; pero para nada de los de Rajoy, que ha seguido fomentando todas estas cuestiones).

De todos estos hechos se puede culpar con certeza a los gobiernos socialistas de González y Zapatero, así como a los peperos de Rajoy. Pero no solamente a ellos. También a los millones de votantes españoles que, elección tras elección, les apoyaron, a sabiandas de lo que estaban haciendo.

Las consecuencias de esto son más que evidentes en la sociedad española. Desarme moral, inmoralidad, enfermedades de transmisión sexual, adicción de una gran parte de la juventud desde tempranas edades al alcohol y las drogas, multitud de abortos, pérdida de autoridad de padres y profesores, baja calidad de la educación, etc., etc. Y lo que faltará por llegar.