martes, 27 de febrero de 2018

Doce años (¡doce!) por un asesinato a sangre fría que le han permitido cometer dos asesinatos más

Jordi Magentí (en la foto al lado) asesinó a su esposa con premeditación y alevosía, totalmente a sangre fría, rematándola por la espalda cuando ya estaba caída en el suelo. Le cayeron únicamente quince años, de los que cumplio tan solo doce. Ya en libertad ha vuelto a asesinar, en esta ocasión a una pareja de jóvenes de 23 y 21 años.

¿Qué decir? Que si le hubieran metido en la cárcel para el resto de su vida esto no hubiera pasado. Pero no. Que si la rehabilitación, que si los atenuantes, que si tal y que si cual. Y quienes han venido a pagar toda ese buenismo hacia un asesino han sido dos jóvenes de poco más de veinte años.

Y luego salen algunos politicuchos diciendo que no hay que legislar en caliente, hablando de que determinadas penas no son justicia sino venganza y barbarridades buenistas semejantes. Asco. Del sistema penal español en general y de esos politicastros en particular.

2 comentarios:

  1. Jens Stoltenberg y los lideres en general del partido socialdemócrata pensaban lo mismo de Anders Breivik. Los 69 jóvenes seguidores de su partido que fueron asesinados en Utoya no eran suficientes para cambiar la legislación noruega.

    Menos mal que el gobierno de derechas (en coalición, entre otros partidos con el de ultraderecha) pensaba al revés: ahora la ley permite que si un asesino acaba de cumplir condena (los 20 años máximos que estipula el código penal noruego) se le pueda ir ampliando de 5 años en 5 años.

    Lo que quiero decir es que, si bien es cierto que mal de muchos consuelo de tontos, España no es el único país con este problema.

    Un saludo

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    1. Efectivamente el buenismo está bastante extendido por Europa, por desgracia. Otro saludo para ti.

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