La decisión de Sánchez de ofrecer España para solucionar un problema que no era suyo (¿por qué el barco no va a Libia, que fue en cuyas aguas se rescató a los inmigrantes ilegales?) puede ser una bomba de
relojería.
He leído un análisis (demasiado bienintencionado en mi opinión) de la situación del que me quedo con una frase:
Su impacto sobre las rutas, las expectativas de los emigrantes, los intereses de las mafias y la reacción en los países vecinos es imposible de calcular.
No tan imposible.
OKdiaro nos cuenta que, ya antes de la llegada de Sánchez al poder y de gestos como éste, La llegada de migrantes a España se duplica en 2018 mientras que a Italia se reduce un 80%.
Si las mafias se huelen que España, con su cambio de gobierno, va a dar barra libre a la llegada de inmigrantes, evidentemente van a tomar la decisión de enfilar proas hacia este país. Y no es que se lo van a oler, es que a estas horas ya se lo han olido. El efecto llamada mucho me temo que está servido. Vamos a ver cuanto tiempo tarda en explotar la bomba de la que Sánchez puede que haya puesto en marcha su reloj de cuenta atrás.
Como marmolillo y demagogo de izquierdas,totalitario y buenista a manos llenas y con el dinero de los demas,ya tuvo ayer su dia con el beneplácito de una prensa basura degenerada con subvenciones estatales.Pronto tendremos mas barcos.
ResponderEliminarMe temo que sí, que pronto habrá más barcos.
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