Lo dije ayer y se confirmó hoy.
Uno: Feijóo se quejó del escrutinio al que se está sometiendo a la clase política en España...
Mejor que les dejaran hacer lo que les diera la gana, ¿no?
Dos: ...así como de la dureza de la política nacional.
Mejor en el cortijo gallego, ¿verdad?
Tres: Las fotografías que, de cuando en cuando, publican algunos medios de comunicación en las que aparece Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado, que no por antiguas y conocidas dejan de hacer mella en él y en un entorno que cree que puede haber más instantáneas.
Ay, esas amistades peligrosas, ay.
Cuatro: En todo caso, nadie descarta que pueda haber más muestras de aquella lejana amistad y que sean filtradas a los medios de comunicación por una “mano negra” o por el CNI, al que se apuntó en su momento según se maliciaban muchos y que dependía en 2013 de la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, también aspirante a la sucesión de Mariano Rajoy.
Lo que dije ayer, mucho mieo, ¿por qué será?
Cinco: Porque también le echaron para atrás a Feijóo los “siete años” que él calcula durará el calendario judicial del PP con la Gürtel, papeles de Bárcenas, Púnica o Lezo, además de la proximidad de las elecciones andaluzas, donde no es descartable el sorpasso del PP por parte de Ciudadanos.
No, es que eso de nadar contra corriente no es fácil; mejor nadar a favor de la corriente gallega.
¿Y donde queda lo de "no puedo fallar a los gallegos porque sería también fallarme a mí mismo". Pues eso, que menos melodrama personal y más realismo político. Deben pensar que la gente es tonta. Menudos políticos hipócritas.
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