"Millones de personas creen que todo está mal, que nunca habíamos vivido peor, que la desigualdad es la más grande de la historia, que los políticos son todos unos incapaces y ladrones. Y quieren echar abajo todo, porque han llegado a la conclusión de que lo más importante no es la razón que sostiene la ciencia, la economía y el funcionamiento de la democracia. Lo más importante son los sentimientos profundos de los seres humanos, mejor reflejados en perros y gatos; los instintos e intuiciones que niegan los datos; la naturaleza. Lo piensan sobre todo muchos jóvenes que sólo conocen la naturaleza por televisión, YouTube, o en los hoteles en que vacacionan. Jóvenes que creen que sus sentimientos son tan importantes que deben ser aislados de cualquier información que los ponga en riesgo."
Interesantísimo artículo de Macario Schettino en El Cato.
¿Y por qué pasa eso? He aquí la respuesta: Por "la primacía de los sentimientos por encima de la razón".
Ahora me toca a mí la conclusión. Vivimos tiempos en que la gente no acepta que las cosas son como son, sino que quieren que sean como ellos desean. Y cuando sus deseos se enfrentan a la realidad, prefieren quedarse con sus deseos, aunque para ello tengan que cerrar los ojos a la realidad. Lo que pasa es que la realidad es tozuda y más tarde o más temprano se impone sobre los deseos que se enfrentan a ella. Es lo que ya estamos viendo en muchos sitios de Occidente, particularmente de Europa, donde el buenismo sin sentido, la falta de esfuerzo (no digamos ya de sacrificio) y la ausencia de valores (no digamos ya de moral) están llevando a esos lugares a un desatino social que, por desgracia, creo que acertadamente se puede calificar de suicidio occidental.
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