Lo primero es que el PSOE ha ganado. No ha arrasado, claro está. Se queda muy lejos de las victorias no ya de González, sino ni tan siquiera se acerca a las de Zapatero. Pero dadas las circunstancias es evidente que es una clara victoria muy meritoria.
Lo siguiente, y aún más claro que lo anterior, es el tortazo de aúpa que se ha pegado el PP. Imprevisible. Se ha quedado en menos de la mitad de la representación que tenía. Ha sacado menos que la AP de Fraga posterior a la caída de UCD, que ya es decir. Está claro que el giro a la derecha no le ha dado resultado a Casado, un líder débil. Porque culpar de todo a la corrupción del PP (muy grande) y a la ineptitud de Rajoy (enorme) es ridícilo. Casado no ha sabido liderar el PP y menos aún ofrecer algo que a los españoles les llamase la atención. No creo que aguante mucho al frente del PP. Es lógico que no puedan abrir el melón de la sucesión cuando falta menos de un mes para la nueva convocatoria electoral. Pero después (y con unos resultados en dichos comicios que pueden ser incluso peores) aparecerán los cuchillos largos en el PP.
Ciudadanos ha tenido un gran éxito. No tan grande como el esperado, pero éxito sin duda. Algo que van a intentar usar como trampolín para las elecciones de dentro de cuatro semanas.
Unidas Podemos se estrella. Menos de lo esperado, pero sin duda se la ha pegado, perdiendo casi la mitad de sus diputados.
Vox entra en el Congreso con un apoyo mucho menor de lo esperado. Ha conseguido un éxito, sí, pero mucho menor de lo esperado.
Y en cuanto a los minoritarios, ERC consigue un gran avance, ganando en Cataluña por delante de PSC y JxCat. Los demás básicamente se mantienen (incluyendo JxCat a pesar de su escandalosa corrupción).
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