En una guerra nuclear mundial todos perderían. Y mucho, sin duda. Pero también es cierto que unos perdería más que otros. Mucho más.
No sabemos lo que hay en la mente de Putin, por lo cual no se puede descartar que emplee armas nucleares contra Ucrania; más ahora, cuando las fuerzas ucranianas empiezan a recuperar de una forma constante parte del terreno perdido, algo que Rusia parece incapaz de revertir con las armas convencionales.
El líder ruso en esta tesitura podría recurrir al uso de armas nuclares tácticas, al estilo de las utilizadas por Estados Unidos contra Japón en 1945, para forzar la rendición de Ucrania. Algo que podría escalar, incluso rápidamente, a un escenario nuclear mucho peor.
Pero aún con lo anterior sobre la mesa, o precisamente por ello, me cuesta mucho creer que los altos mandos militares rusos puedan acceder a algo así. Porque en caso de que se desencadenara una guerra nuclear mundial Estados Unidos y los países europeos de la OTAN con toda seguridad sufrirían daños terribles; pero mucho peores serían los daños para Rusia, que por el efecto de las armas nuclares caídas sobre su territorio pasaría a estar inhabitable en prácticamente su totalidad.
Putin puede esta completamente loco de soberbia, es probable. Pero no lo estarán sus militares cercanos, que no querrían ver a Rusia, incluyendo sus familiares más queridos, arrasada por completo.
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