Imaginen, por ejemplo, a un tipo que, haciéndose pasar por policía
municipal con carnet y placa falsificados, engaña a una mujer para que se suba a su automóvil, la secuestra, la lleva a un lugar apartado, la amenaza con unas tijeras y la viola. Si cuentan las negritas son cinco delitos graves. ¿Cuál creen que debería ser la pena de cárcel a la que tal sujeto debería ser condenado? ¿2+2+8+5+15=32, para no exagerar, por ejemplo también? Lo dejo a la valoración del amable lector.
El caso, por supuesto, no es imaginario. Sucedió. Y a este elemento, de una horquilla de entre 12 y 15 de años de prisión solamente por la violación (los otros cuatro delitos, pelillos a la mar), la 'Justicia' española le condenó a la pena mínima, 12 años. Una porquería, pasada.
Pues esa pena le ha sido rebajada debido a la ley del solo sí es sí, quedándose en siete años. Porquería presente, que afortunadamente en este no tendrá mucho efecto, porque el canalla lleva 11 años y 10 meses en prisión, así que solamente se beneficiará de dos meses. Pero nos muestra los beneficios que deben estar teniendo otros violadores cuyo delito haya sido cometido recientemente.
Pero claro, la porquería futura queda ahí, con violadores con agravantes que serán condenados a penas mínimas, si la ley no se reforma (la retroactividad favorable al reo, se reforme o no, ya no tiene remedio).
Lo dicho, aquí vemos, en un solo ejemplo, la auténtica porquería que es la 'Justicia' española, se la mire como se la mire.
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