El pasado 28 de febrero
el consejo de administración de Ferrovial tomaba la decisión de proponer a
sus accionistas el traslado de su sede de España a Países Bajos. Una de las razones (y no la de menor peso, sin duda) era que Países Bajos tiene «un marco jurídico estable». Aquello le sentó al Gobierno español como una patada en el hígado y respondió con una dureza sin precedentes, declarando a Ferrovial la guerra por tierra, mar y aire, llegando al extremo de incluso enviar una carta a los accionistas para presionarles. El resto es historia. Ferrovial aguantó la batalla y los accionistas decidieron la mudanza.
Ahora, y sin que tenga nada que ver con lo anterior, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, anunció este martes en Washington la creación de un observatorio de márgenes empresariales con el objetivo de mantener la competencia efectiva en los mercados de bienes y servicios y una distribución "adecuada" de las rentas.
Es del más mínimo sentido común que cualquier empresa se monta con el objetivo de ganar dinero. Y si puede ser mucho dinero, mejor, claro. Para eso la empresa intentará tener los mayores beneficios posibles. Y para regular esos beneficios lo único que el Gobierno puede (y debe) hacer no es controlar dichos beneficios subjetivamente, sino asegurarse de que no existe un monopolio por parte de ninguna empresa; y lo anterior debe ser hecho a través de leyes conocidas y estables, cuya aplicación sea perfectamente previsible. Vamos, que el único que controla los beneficios empresariales es el libre mercado de la competencia.
Pero que un Gobierno se salga de ese marco, para anunciar una ocurrencia como ese observatorio de márgenes empresariales, del que no tienen la menor idea de como funcionará, ni que potestades tendrá, ni que sanciones podrá imponer, es una auténtica barbaridad.
¿Qué empresa va a querer invertir en un país en el que le van a vigilar sus beneficios? ¿Cómo alguien va a querer jugarse su patrimonio en un lugar en el que se desconocen las herramientas que se van a utilizar para controlar el dinero que gane?
Está claro que con anuncios con el anterior, además de dejar claro su talante liberticida, el Gobierno está ahuyentando la inversión extranjera en España. Porque, volviendo al primer párrafo, las decisiones de este Gobierno en nada contribuyen a crear «un marco jurídico estable» semejante el holandés, sino que van exactamente en la dirección contraria, provocando cada día más inestabilidad y más inseguridad respecto al marco jurídico económico en España. Y esas decisiones de hacer política económica de patadón hacia delante y luego ya veremos lo único que van a producir es que la crisis económica que atraviesa España se vuelva cada día peor.
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