Hace unos meses comenté la victoria de Evo Morales en Bolivia, desde una óptica en la que me preguntaba si Evo sería el Presidente de todos los bolivianos. En dos comentarios (uno y dos) me tiraron amablemente de las orejas.
Mi argumento giraba básicamente sobre el siguiente dato:
Lo anterior nos da que efectivamente el MAS de Evo Morales ganó claramente en Chuquisaca, La Paz, Cochabamba, Oruro y Potosí. Pero también tenemos que el PODEMOS del expresidente Jorge Quiroga ganó con suficiente claridad en Tarija, Santa Cruz, Beni y Pando. Eso nos da que Morales ganó en 5 departamentos y Quiroga en 4.
Lo que me hacía concluir:
Ello refleja una fractura, ya existente durante mucho tiempo en la sociedad boliviana, entre unas zonas y otras, por razones étnicas y económicas, a las que se añade claramente ahora la cuestión política.
Y terminaba yo haciéndome otra pregunta:
¿Sabrá lidiar Evo Morales con esa grave división ya existente en la sociedad boliviana? Está por ver.
Pues bien, después del referéndum sobre la autonomía de las regiones en Bolivia, medio año después de la victoria de Evo Morales, mi argumento central, mi conclusión y mi pregunta siguen en pie.
Y es que el dato es importantísimo:
El país se divide: cuatro departamentos quieren autogestionarse, y cinco no.
¿Y en qué departamentos ganó el "sí" y qué otros triunfó el "no"? Pues tan sencillo como que el "sí" venció donde perdió Evo Morales en las elecciones y viceversa.
Como muy bien dice "El País":
Estos datos confirman que Bolivia ha quedado fracturada en dos territorios claramente definidos tanto desde el punto de vista geográfico como étnico.
Eso por no hablar del alto riesgo de confrontación, como apuntaba un periódico boliviano antes del referéndum.
Desgraciadamente cada día está más claro que Evo Morales, desde un punto de vista económico, pero también, y mucho más grave, desde un punto de vista geográfico y étnico, no es ni de lejos el Presidente de todos los bolivianos. Bolivia está fracturada, una fractura producida en grandísima parte por el racismo del que se siente tan orgulloso Evo Morales.
La pregunta que yo me hacia al final de mi texto mencionado de si Evo Morales sabría lidiar con la grave división ya existente en la sociedad boliviana, desgraciadamente solamente tiene una respuesta: No, no sabe. Es más, cada vez esa fractura se acrecienta más, como lo acaba de demostrar el referéndum del domingo. La realidad es que hoy por hoy Bolivia padece un Presidente que en vez de unir a los bolivianos, los separa. Triste, muy triste. Espero que el asunto no llegue al drama o a la tragedia. Aunque viendo como es el personaje, tampoco sería como para sorprenderse.
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