Santi lo consiguió. Macarena Olona deja por completo la política.
Era el principal activo de Vox en la política nacional. Y eso el de la barba no lo soportaba. Por eso la desterró a Andalucía. Un error que Vox lo está pagando muy caro, porque Olona demostró ser mucho mejor parlamentaria que líder de una candidatura, lo que hizo que Vox quedará como tercera fuerza y, lo que es mucho peor, sin ninguna influencia gubernamental al sacar el PP una clara mayoría absoluta.
Y ahora ella ha anunciado que abandona totalmente la política. Dice que por cuestiones médicas. En principio no hay razones para afirmar que no es cierto. Y si es así le deseo, por supuesto, un rápido restablecimiento.
Pero la realidad es que el puesto de ser la número uno de un grupo político totalmente irrelevante en un parlamento autonómico era un insulto para una mujer de su valía.
Sea como fuere, por salud o por política (o por las dos, que tambien es posible), lo cierto es que Abascal se deshace por completo de Olona. Santi podrá así seguir siendo lo que más le gusta: el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro. Ahora aún más.
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