Cuando dije hace tres semanas que la moción
de censura de Vox con Ramón Tamames como candidato podría convertirse en un circo
me refería al debate parlamentario en sí. Pero es que el espectáculo circense ha comenzado mucho antes. De hecho venimos asistiendo al mismo desde hace más de una semana.
Está claro que Vox pretendía utilizar a Tamames para sus propósitos, pero el tiro le ha salido por la culata. Es Tamames quien está utilizando a Vox para su propósito, que no es otro que el de aprovechar a sus 89 años una probablemente última oportunidad para disfrutar de un protagonismo que no pudo imaginar ni de lejos. Por eso aceptó ser candidato de Vox a la moción de censura, porque es "una ocasión única para hablar a los 47 millones y medio de españoles que no se puede dar en ninguna otra circunstancia", igual que hubiera aceptado, y son palabras de él por increíbles que parezca, aceptar encabezar una moción de censura de Bildu o ERC. Esta última afirmación hubiera debido ser suficiente para que Vox retirara la moción y presentara otra con otro candidato. Pero como no lo hizo la cosa ha seguido desmadrándose.
Ramón Tamames no desaprovecha ninguna ocasión para ser el centro de atención. No dice no a ninguna entrevista. Y las perlas antivoxeras que suelta en cada una son para nota. Empezó la cosa con la que le concedió a El País, donde defendió el cambio climático, las leyes de género, Cataluña como Nación Catalana, la aceptación de la inmigración, que no exista el servicio militar obligatorio, la pervivencia del Senado (al que le gustaría ver en Barcelona) y la defensa del estado autonómico. Toda una enmienda a la totalidad del programa de Vox, vamos.
Luego llegaría la entrevista de El Mundo, en la que defendió que España es un país plurinacional (un país de naciones), que Vox tiene extremosidades, que Vox usa la bandera nacional como símbolo partidista, insistió en su defensa del estado autonómico y aseguró que nunca ha votado a Vox.
Las últimas perlas (por ahora) fueron ayer mismo, en su entrevista en La Sexta, en la que dijo que "no es particularmente crítico con Pedro Sánchez", que "le tiene cierta estima" y que son "exageraciones" las expresiones empleadas por Vox para referirse al Gobierno de Pedro Sánchez como el peor de la democracia española.
Y este señor es el que va a representar a Vox en la moción de censura de dentro de una semana contra Pedro Sánchez.
Por cierto, que Vox, muy en su línea de matar al mensajero, dice que nada de lo antedicho es culpa de Tamames. Para nada. La culpa es de la prensa, por "editar entrevistas" de Tamames para "buscar lo que teóricamente le diferencia" del partido.
Sinceramente, me estoy divirtiendo con todo este espectáculo circense. Y no descarto que en el debate en sí lleguemos a la parte de la payasada.
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