Edmundo Bal dejó claro
su estilo cuando, tras prometerle lealtad a Inés Arrimadas, traicionó a la jerezana, y además lo
hizo de una forma miserable y prepotente, llevando el tema contra la líder al terreno personal de una forma completamente rastrera. Al final Arrimadas le ganó el pulso y Bal anunció que abandonaría la política al final de la presente Legislatura.
Ahora este señor ha vuelto a demostrar su calaña. No he querido oír sus palabras (no me apetece vomitar), me ha bastado con leerlas. Insultos y exigencias chulescas de alguien que, recordemos, perdió democráticamente su traicionero pulso a la actual dirección del partido hace únicamente cinco meses.
Lo que este sujeto debería hacer si tuviera la valentía que dice tener es, en vez de montar un pollo cada vez que tiene ocasión, seguir el ejemplo de Macarena Olona y crear su propia opción política de cara a las generales. Así podríamos ver los resultados que obtendría un partido dirigido por un macarra de barrio metido a incompetente político.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.