¿Recuerdan la frase de Franklin D. Roosevelt sobre el dictador nicaragüense cuando dijo (con perdón) "tal vez Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta"? Pues ahora es lo mismo, pero mucho peor. Porque Somoza, con ser malísimo, era un aprendiz comparado con como se las gastan los saudíes. Y, como ejemplo, el secuestro, interrogatorio, tortura, asesinato y descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi en el Consulado de Arabia Saudí en Estambul (Turquía).
Los únicos que por ahora y a raíz del terrible hecho mencionado se han atrevido a enfrentarse al poderoso
(y espantoso) gobierno saudí han sido Gran Bretaña y Francia. Estados Unidos ha dicho no sé qué con la boca chica. Y España... absolutamente nada.
Parece que es verdad lo que dijo alguien de que en política exterior no hay ni amigos ni enemigos, sino solamente intereses. Tampoco buenos ni malos. Ni siquiera espantosos. Y es que el gobierno de Arabia Saudí será horrendo. Pero es nuestro horrendo gobierno de Arabia Saudí. De Estados Unidos y de España.
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