El periodista Jamal Khashoggi fue secuestrado, interrogado, torturado, asesinado y descuartizado en el Consulado de Arabia Saudí en Estambul (Turquía)

La secuencia pone los pelos de punta, lo sé. Pero esos fueron los espantosos hechos (uno y dos). Algo que yo ya me temía (uno
y dos).

Todo al parecer quedó grabado por un reloj especial que portaba Khashoggi y enviado automáticamente al teléfono móvil de su novia cuando los saudíes intentaron acceder al mismo, y está en posesión de las autoridades turcas.

El asunto es simplemente horrendo. Evidentemente se le están pidiendo explicaciones a Arabia Saudí. Explicaciones que por supuesto no va a dar, porque no va a reconocer la terrible realidad. Lo único que queda es seguir las informaciones que podrían aparecer sobre el asunto, procedentes de las autoridades turcas y de la novia de Khashoggi. Veremos como evolucionan dichas informaciones. Porque la espantosa muerte de Khashoggi
es ya irreversible.