Rajoy en el juicio del 'procés': marrullero (y perjuro)

No estoy siguiendo el juicio del 'procés' demasiado, en parte por falta de interés y en parte porque la diferencia horaria no ayuda. Pero la declaración de Rajoy como testigo la verdad es que me interesaba. No pude verla en directo, pero la busqué al día siguiente y la vi completa en diferido. Alucinante. Parece que se creía que estaba en el Congreso. En cuanto podía soltaba un pequeño discurso. Prepotente con las defensas de los acusados. Iba de sobrao.

Tan sobrao estaba que pegó el enorme patinazo de hacer referencia a la declaración de Soraya Sáenz de Santamaría, producida en la sesión de la mañana (la de él lo fue en la tarde). Hasta yo me di cuenta del fallo en el mismo momento. Un abogado defensor le marcó el error, apoyado por el Presidente de la Sala. Le acorralaron. Tuvo que decir que la leyó en un digital. Mentira. Estoy seguro de que la siguió en directo.

Lo otro fue cuando le preguntaron por si había hablado con Urkullo. Dijo que no se acordaba. Yo no le di mucha importancia. Luego pude ver la declaración del propio Urkullo (buenísimo, por cierto). Imposible que Rajoy no se acordase de algo así.

Rajoy se comportó en esos dos puntos como esos boxeadores marrulleros, que cuando el contrincante les pone en serios apuros se abrazan a él para que no le siga propinado golpes. Con el agravante de que estaba bajo juramento. Porque juró, enfatizándolo religiosamente. Y perjuró. Ni se había enterado de lo declarado por Soraya por un digital ni se había olvidado de sus contactos con Urkullo.

Menudo pájaro este Rajoy. Sigue en las mismas de cuando estaba en política. Diciendo lo que le conviene, sea verdad o sea mentira. Como para comprarle un coche usado.