Alucinantes los fallos en los datos de las elecciones municipales, que llegaron incluso a producir errores en la adjudicación de concejales.
Por un lado se tomó una decisión, auténtica estúpida, de darle la adjudicación del escrutinio provisional de las elecciones municipales a una empresa que se sabía que trabajaba mal, muy mal. Y al final lo que ocurrió fue eso, un desastre, pero que pudo ser incluso peor. Una auténtica chapuza, vamos.
Añadiendo que esta chapuza no cuestiona los resultados de las elecciones, porque lo que el Ministerio del Interior hace es únicamente dar a conocer unos datos provisionales. Los datos definitivos no pasan para nada por manos del Gobierno, sino que los proclama (creo que dentro de unos diez días) la Junta Electoral Central.
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