La verdad es que cada vez que escucho a Pedro Sánchez tengo mayor impresión de que estoy oyendo a un vendedor de feria de pueblo ofreciendo un fantástico liquido que hace crecer el pelo a los calvos. Es lo que me pareció su alocución tras los resultados electorales de anoche.
Creo recordar que repitió tres veces que el PSOE había ganado "de largo", acompañandolo con adjetivos como "rotundamente" y "contundentemente"... para a renglón seguido decir (suplicar) que había partidos (o sea, Ciudadanos) que debían levantarle el cordón sanitario al PSOE y dejar de apoyar a la extrema derecha.
Pues va a ser que o lo uno o lo otro. O ganó claramente, de largo y demás o necesita ayuda. Pero no las dos cosas a la vez. Patético.
Y es que sabe que su victoria es más relativa que otra cosa, y que depende de Ciudadanos para tener o no tener el poder, autonómico y municipal, real. Pero claro, él es él y tiene que hacer de trilero. Aunque sea de forma evidente. Más patético aún.
Por supuesto, en esa laguna mental que siempre tiene en este asunto, olvidó mencionar que él se ha apoyado y se apoyará en un partido extremista comunista filoterrorista antisistema liberticida antidemocrático (entre otras cosas). Pero, por supuesto, él puede y los demás no. Todavía más patético.
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