Cuando me preguntan que de donde soy siempre digo que de Madrid. Aunque no nací en dicha ciudad ni tampoco pasé mis primeros años allí, me siento parte de ella. De todas las ciudades del mundo que he tenido la oportunidad de conocer es la segunda que más me gusta (después de Sevilla). Intento vivir la política española como un espectador desde la lejanía. Pero con Madrid me cuesta mantener esa distancia emocional. Por eso me dolía ver esa hermosa ciudadad en manos de ineptos comunistas. ¿Qué por qué esos comunistas han estado a punto de ganar otra vez en Madrid capital? Pues ni idea. Supongo que porque la derecha son una pandilla de ineptos y el centro una pandilla de desconocidos.
Sea como fuere, después de que en los inicios la cosa pareciera decantarse claramente por la izquierda, al final los resultados en Madrid capital, dejando claro que el partido ganador de forma relativa ha sido el de Manuela Carmena, le dan una bastante clara ventaja a la suma de PP, Ciudadanos y Vox.
No me engaño, y esta claro que una parte de esa victoria hay que agradecérsela a IU y, sobre todo, a ese gran estratega que es Pablo Iglesias, que en el último momento decidió apoyar a este partido como venganza personal contra Carmena.
Más han sido los errores ajenos que los méritos propios los que llevarán a la triple alianza a desbancar al comunismo del ayuntamiento capitalino. Pero al final en esto pasa como en el fútbol, que no cuenta como ni cuando se consiguieron los goles, sino el resultado final. Así que PP+Cs+Vox habrán ganado de penalti cometido estúpidamente (que no injusto) por el equipo contrario en el último minuto. Pero han ganado. Y me alegro, que narices.
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