Esta fue la segunda frase que me vino a la mente al ver los resultados electorales. Albert Rivera cometió en mi opinión un error de bulto, que fue girar de que Sánchez era la encarnación de todos los males políticos a dejar la puerta a apoyarle. Eso fue el principio del fin. A lo que hay que añadir que en la pasada corta legislatura se dedicó a sobreactuar. Para luego, repito, girar.
A nivel político creo que Rivera nunca supo digerir que tuvo la oportunidad de forzar y ganar unas elecciones, algo que no supo ver. Y se quedó anclado en aquello.
Pero es que también veo a Rivera descentrado personalmente. No sé las razones, pero las intuyo. Pero como no me constan me las callo. Eso si, creo que esa inestabilidad personal ha afectado a su posicionamiento político, muy errático últimamente.
Sea como fuere, el batacazo electoral de Ciudadanos ha sido incuestionable, sin paliativos. Yo estaba seguro de que Albert Rivera iba a dimitir anoche. Pero no. No sé que es lo que va a hacer en los próximos días, si lo que quiere es dirigir una sucesión ordenada o lo que pretende es atornillarse al sillón. Está claro que debe irse y dejar paso a Inés Arrimadas o de lo contrario llevará al partido a la desaparición. Y veremos si la jerezana consigue recuperar a Ciudadanos. Que no va a ser fácil.
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