Desde el principio me gustó el ritmo y la fuerza de SloMo. Muchísimo
más, por supuesto, que Terra, una canción para consumo regional, o que Ay, mamá, un tema para consumo progre, y que si España hubiera llevado a Eurovisión cualquiera de las dos mucho me temo que se hubiera producido una vergüenza en la votación similar a la del inolvidable, por desgracia, Chikilicuatre.
Pero con la interpretación de Chanel España estuvo peleando por el triunfo hasta el último momento, algo impensable en años pasados, quedando finalmente en un impresionante tercer puesto; el mejor en los últimos 27 años, que se dice pronto. Espero que los que tienen que tomar decisiones en este tema tomen nota para el tipo de canción que hay que presentar en el futuro, empezando por el año próximo, si se quiere optar a la victoria.
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