Donde menos uno piensa, salta la liebre. Hace únicamente cinco días enlazaba por aquí un
texto titulado Turquía, el aliado pro Putin de la OTAN. Y ayer leía que Turquía se opone a la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN, algo que ha sorprendido enormemente hasta a Estados Unidos.
Nunca me ha gustado Turquía. Por eso desde hace doce años tengo una campaña titulada No a Turquía en la Unión Europea, donde se pueden leer las razones. Y su posición actual me reafirma en mi idea. No es un socio de fíar.
Supongo que al final Erdogan entrará en razón. Pero a cambio de concesiones por parte de Finlandia, Suecia y, sobre todo, Estados Unidos. Siempre ha sido así. El sujeto, lejos de ser un demócrata, es un perfecto chantajista. Y este elemento está dentro de la OTAN.
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