El momento culminante
de Vox llegó tras las elecciones autonómicas castellanoleonesas, con
el resultado de que consiguieron participar
del gobierno con una vicepresidencia y varias consejerías. Pretendían seguir ese camino en Andalucía, con las encuestas de cara, pero una candidatura fallida y un voto útil socialista al PP dieron al traste con el sueño voxero. Ahora la dramática ruptura de Vox con Macarena Olona ha empeorado mucho las cosas mucho.
Leo que Olona se convertirá está ebria de ego, que ha perdido la cabeza y que se convertirá dentro de poco en un juguete roto. Es posible. O no. Macarena tiene mucho tirón no solo entre muchos afiliados de Vox, sino también en una parte de la sociedad española. Cae bien. Su estilo directo, muy parecido al de aquella Inés Arrimadas que le atizaba a Torra cada día, pero con más estilo, gusta a un determinado sector de los votantes. Y las encuestas dicen que Vox podría haber tocado techo.
El posible nuevo partido de Macarena Olona, situado entre el PP y Vox, les podría restar votos a ambos. Pero la resta, claro, le haría más daño al que menos tiene. Aunque también podría ser que el efecto Macarena Olona se desinfle en lo que queda desde ahora hasta las elecciones autonómicas y municipales y Vox consiga afianzarse en su espacio a la derecha del PP.
El pasar de los meses responderá una pregunta más de estos demasiado interesantes tiempos de la política española.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.