jueves, 22 de septiembre de 2022

Macarena Olona sí sabe lo que hace

Voy a intentar hacer un análisis medianamente serio del sainete que se está viviendo en Vox a cuenta de si Macarena Olona vuelve a la política y de si lo hace en el partido de Abascal o si monta su propia formación política. Leo por todas partes a columnistas diciendo que Olona no sabe lo que hace, que ha perdido el juicio (supongo que político), que está haciendo el ridículo, que su enorme ego le impide ver la realidad y cosas por el estilo. Nada más lejos de la que está sucediendo.

Macerna Olona aceptó a regañadientes ir de cabeza de lista a las elecciones autonómicas andaluzas por Vox porque la convencieron de que sería la vicepresidenta del gobierno andaluz. Las cosas se torcieron y el PP consiguió mayoría absoluta, lo que hizo que Vox se convirtiera en totalmente irrelevante. Y con ello Olona se vio condenada a la desaparición política, dirigiendo un pequeño partido sin ninguna influencia en un parlamento autonómico. Por supuesto eso no era lo que ella quería. Intentó que la dejaran volver a la política nacional, pero los dirigentes de Vox se lo prohibieron, castigándola con una suerte de destierro. Aquello lógicamente ella lo encajó muy mal, hasta el punto que salió de la política autonómica voxera de forma sorprendente y sin previo aviso.

Y ahora vuelve, desafiando públicamente a Santiago Abascal. Con toda seguridad lo que le apetece al líder de Vox es mandarla al cuerno. Pero ello conllevaría que Olona fundara su propio partido político, se presentara como cabeza de lista por Madrid y con casi toda seguridad regresara al Congreso de los Diputados. Pero el problema para Vox no sería ese, sino el enorme daño que provocaría en dicho partido, que ya ahora no atraviesa los mejores momentos en las encuestas. Así que Abascal se encuentra en la tesitura de aceptar a Olona de nuevo contra su voluntad o arriesgarse a perder una gran cantidad de votos.

Alguien podría decir que Macarena Olona está chantajeando a Santiago Abascal. Y es cierto. Pero como consecuencia de que fue castigada previamente a ese llamado destierro andaluz. La política es así. Abascal lo sabe de sobra, que se fue del PP y montó otro partido para hacerle competencia. Hoy puede ser él quien sufra lo mismo.

Para mí esta auténtica batalla entre Olona y Abascal es una guerra entre malos y malos. Y yo me aprovisiono de palomitas y disfruto el espectáculo.

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