RTVS

Se me acaban los adjetivos para definir el asalto a todo lo asaltable por parte del gobierno socialcomunista que padece España. Y ya sin ningún disimulo, de forma completamente descarara. Es lo que ha sucedido con la sustitución del presidente de RTVE, obligado por las presiones de Sánchez (decir La Moncloa me parece ridículo en este asunto), para ser sustituido por una señora cuyo principal mérito es que va a ser completamente dócil a los dictados del guaperas monclovita.

Por cierto, para los que tuvieran alguna duda de la veracidad de lo que dijo Alfonso Guerra en su día de que Montesquieu había muerto, el Presidente del Ejecutivo se ha cargado porque le ha dado su presidencial gana un acuerdo que el Legislativo tomó hace únicamente 18 meses en una votación en la que 247 diputados de un total de 350 votaron a favor, y va a poner al frente de la parte que puede del llamado cuarto poder a una persona de su entera confianza.

Claro, todo esto a nadie se le escapa que es porque estamos en campaña de recogida de votos de cara al decisivo año electoral que será el próximo, con elecciones municipales y autonómicas dentro de ocho meses y generales como mucho medio año después. Y, como dije hace tiempo, si se produce una alternancia en La Moncloa no será precisamente tranquila. Esto no va a ser una cofrontación electoral, sino una auténtica guerra a muerte, esperemos que únicamente política.

La pública, como les gusta llamarla a sus trabajadores más destacados, debería cambiar su nombre de RTVE a RTVS, Radio Televisión Socialista (o incluso Sanchista). Sería lo correcto.