Aún recuerdo la honda impresión que me produjo, hace ya muchos años, enterarme de que durante el secuestro de atletas israelíes en las Olimpiadas de Munich 1972 el Gobierno de
Israel le ofreció al de Alemania enviar fuerzas especiales israelíes para hacer un asalto e intentar liberar a los rehenes, a lo que los alemanes se negaron en redondo.
Entiendo que no es plato de gusto para ningún país dejar que el ejercito de otro actúe en su suelo. Pero se podía heber disfrazado de un operativo conjunto. En realidad era más cómodo para Alemania aceptar la oferta israelí, porque así no ponían en peligro a sus agentes. Pero no lo hicieron y las cosa acabó en un auténtico desastre debido a la incompetencia de los policías alemanes que intervinieron, con todos los israelíes asesinados.
Alemania cometió un enorme error. 50 años después lo han reconocido. Algo es algo. Pero de no haberlo cometido existía la posibilidad de que las vidas de los israelíes secuestrados se hubieran salvado.
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