Cuando se quiere ser más pepero que el PP en un editorial sobre el aborto

Siempre pensé que el
periódico más pepero era La Razón, seguido por ABC y quedando en tercer lugar El Mundo. Tal vez por eso el
último de los mencionados ha querido hacer méritos para intentar subir de posición. Hablando del tema del
protocolo antiaborto de Castilla y León los editoriales de
La Razón y de ABC ciertamente fueron muy comedidos. No así el de El Mundo. Como ejemplo, un botón (ojo, las negritas son del propio editorial):

La iniciativa de Vox, consistente en obligar a los médicos a ofrecer a las mujeres que deseen abortar la opción de ver una ecografía en 4D del feto y escuchar sus latidos, es una medida dogmática sin cabida en una sociedad secularizada. Es evidente que los poderes públicos deben promover políticas que favorezcan la natalidad y apoyen a la gestante si la ausencia de unas condiciones socioeconómicas suficientes es lo que la empuja a interrumpir su embarazo. Pero cuestión muy distinta es el chantaje emocional a la mujer que ha decidido abortar dentro de los plazos legales. Más aún cuando la medicina advierte que una ecografía 4D puede ser dañina para un corazón de nueve semanas.

También podían haber remarcado lo de que ofrecer a las mujeres que deseen abortar la opción de ver una ecografía en 4D del feto y escuchar sus latidos, es una medida dogmática sin cabida en una sociedad secularizada, porque igualmente es para nota.

Un simple ofrecimiento (como ellos mismos reconocen) es algo dogmático (¿por qué?), que no tiene cabida en una sociedad secularizada (¿tiene algo que ver la defensa de la vida con la religión? ¿las opiniones de los no creyentes son más válidas por ese solo hecho que las de los creyentes?) y un chantaje emocional (¿desde cuándo lo es una oferta de disponer de más información?). Y más de lo mismo en el sentido de descalificar sin argumentar lo más mínimo las descalificaciones. Supongo que porque no se puede, claro.

Podría seguir, pero ya he tratado el tema en otros textos. Tan solo me queda añadir que con editoriales como el señalado lo que queda claro es el seguidismo de El Mundo de este nuevo PP de Feijóo y su falta de independencia periodística. Yo pensaba que El Mundo tenía mayor amplitud de miras, pero me voy dando cuenta de que tiene el mismo tamaño que El País haciendo una doblez por la mitad.