Primero fue un experto
en Derecho, de
izquierdas, el que dijo
que la aportación eficaz del Derecho Penal contra el drama de los atentados sexuales exigía, creo, una mayor contención de las penas, y a ello se encaminó con prudencia la reforma. Ciertamente no había participado en la elaboración de la ley, pero sus palabras eran un claro síntoma de por donde iban los tiros. Después nada más y nada menos que la número dos de Irene Montero, Ángela Rodríguez, más conocida como Pam, la que quitó importancia a la cantidad de años en la cárcel por una agresión sexual.
Y ahora tenemos que Patricia Faraldo (en la foto), catedrática de Derecho Penal, quien, ojo al dato, figura entre las expertas con un peso específico en la redacción del anteproyecto de ley pronuncia estas palabras: "Sabíamos que las penas se reducían, sí". Después, a modo de pregunta, le dice el periodista: "Entonces sabían que había condenados que se podrían beneficiar de eso". Y la respuesta es categórica: "Sí".
Lo curioso es lo que dice a continuación: "Lo que no sabíamos era la reacción que iban a tener los medios de comunicación ante algo que es absolutamente normal en todas las reformas penales". Y añade que hay un "revuelo absolutamente desproporcionado".
Vamos, que los culpables de todo el lío montando no son los que hicieron la ley, sino los periodistas que le han dado a este asunto de las reducciones de pena y las excarcelaciones de violadores demasiada importancia.
Y un párrafo que tal vez es el más significativo reconociendo y justificando la rebaja de penas (las negritas son mías):
"No soy partidaria de subir las penas, son delitos que se sancionan mucho. Es populismo punitivo, es lo que queríamos evitar con la ley del solo sí es sí, racionalizar las penas, son las más altas de Europa", declara. Lamenta que se plantee que "una rebaja de penas perjudica a las víctimas", porque ni más penas "significan más protección", ni los delincuentes tienen en cuenta a cuántos años de cárcel se exponen antes de infringir la ley. "Generalmente, las desconocen", añade.
El problema que tiene la ideología izquierdista con la defensa de los delincuentes, particularmente de los sexuales, es que está claro que mientras están en la cárcel la sociedad está más segura. Pero nunca reconocerán eso, porque el eje central de ellos es la reinserción y no el castigo, cuando para mí es exactamente al revés, y más con los delincuentes sexuales, que tienen un altísimo porcentaje de reincidencia.
Pero, filosofías penales aparte, está claro que pretendían rebajar las penas a determinados delincuentes sexuales.
El otro problema es que son totalmente incompetentes. Y para demostrarlo termino con una frase de cinco palabras de esta señora que es, recordemos, catedrática de Derecho Penal: "No pensé en la retroactividad".
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