lunes, 5 de diciembre de 2022

¿Fue un error la rebaja de penas de la ley del solo sí es sí? ¿O en realidad la hicieron a propósito?

La rebaja de las penas a los violadores a través de la ley del sí es sí fue el error de unos (y, sobre todo, unas) incompetentes. Esto es lo que la gran mayoría de los españoles piensa. ¿Pero es verdad?

La aportación eficaz del Derecho Penal contra el drama de los atentados sexuales exigía, creo, una mayor contención de las penas, y a ello se encaminó con prudencia la reforma,...

Esa frase está dentro de un artículo publicado originalmente en El País (detalle a tener en cuenta), firmado por Juan Antonio Lascuraín, catedrático de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid. Antes de esa frase, con la que comienza el último párrafo, el señor catedrático nos ofrece en el anterior tres, según él, razones por las que, y cito, los excesos punitivos en los delitos sexuales hacen un flaco favor al feminismo. Vamos, tres razones por las que había que rebajar las penas a los culpables de delitos sexuales.

Este hombre claramente nos demuestra que tiene ideas más bien izquierdistas; puede que incluso muy izquierdistas; tal vez hasta de extrema izquierda. Es su derecho, claro. Pero lo que esto nos puede estar indicando es que había (y hay) una serie de expertos en Derecho (sin comillas) partidarios de una rebaja de las penas a los violadores, dejándose llevar por su ideología. El ser humano es bueno, la sociedad de hoy (¿capitalista, machista?) es mala, la sociedad hace malo al ser humano (al menos a algunos) y le convierte en delinciente, el delinciente es más víctima de la sociedad que culpable, ayudemos a ese delincuente, cambiemos la sociedad y todos los seres humanos serán buenos. Es el llamado paraíso comunista en la tierra.

Es posible (¿probable? ¿seguro?) que esos expertos en Derecho (sin comillas) que mencioné antes, comunistas o cerca de serlo, fueran los que inspiraron la rebaja de penas a los condenados por abusos sexuales que ha llevado a cabo la ley del solo sí es sí. Es bastante posible que esa sea la razón por la que, a pesar de que ya hay muchos violadores beneficiados y otros incluso en la calle, se resisten a cambiarla (repito lo que ya he dicho otras veces, esos beneficios ya no tienen remedio, por la aplicación al reo de la ley más favorable).

Lascuraín casi termina su texto con esta frase: me sorprende que sus promotores lamenten ahora lo primero, que es una mayor contención de las penas.

No, no creo que lamenten haber rebajado las penas a los violadores. Lo que lamentan es la alarma social producida. Y más en fechas muy próximas a dos importantes citas electorales. Si no fuera por eso sería un paso más a que a España no la reconozca ni la madre que la parió (Alfonso Guerra dixit).

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