Creo que el nazismo es, después del comunismo, la ideología que más daño ha hecho a este planeta. Todo lo que sea recordar
a sus víctimas me parece bien. Lo curioso (por decir algo) es cuando se busca condenar los actos de los nazis, pero no se hace lo mismo con los que produjeron otras víctimas.
Me pareció muy interesante la reflexión de Carlos de Urquijo. Pero me temo que se quedó corto. Con esos homenajes a los doce baracaldeses prisioneros en campos de concentración nazis, mientras se olvidan los nueve asesinados por ETA en el municipio, el PNV en particular y los peneuvistas de Baracaldo en particular no solamente están teniendo la memoria selectiva que menciona el escritor (que también, por supuesto). Es que, además, están apoyando implícitamente con su silencio el terrorismo etarra. ¿Qué razón pueden esgrimir para homenajear a los unos y silenciar a los otros si no es el apoyo a los asesinos etarras? Y, en el caso de que no fuera así, ¿qué razón hay entonces para despreciar a las víctimas de ETA?
Un ayuntamiento no tiene ninguna obligación de homenajear a ninguna víctima de su pueblo. Pero cuando se pone a rendir homenaje a unas y a olvidar a otras está muy claro su apoyo a los asesinos de las víctimas ignoradas. En este caso el apoyo implícito del PNV de Baracaldo a los asesinos de ETA.
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