Mucho se ha escrito sobre las supuestas terapias que de alguna forma ofrece la Iglesia Católíca en Alcala de Henares (Madrid) para ayudar a homosexuales que quieren dejar de serlo.
Brevemente quiero opinar del tema. Mi opinión moral sobre la homosexualidad es que es una perversión sexual. Pero, a nivel de libertad individual, respeto y defiendo que cualquier persona tenga el derecho a ser homosexual. Cada cual evidentemente puede hacer con su vida lo que le apeteza y no soy nadie para imponer mi moral a los demás. Por encima de mi moral personal está la libertad individual de cada persona.
Y ese punto, la libertad individual de cada persona, es el eje central a la hora de opinar sobre las terapias de marras. Si alguien, homosexual en este caso, quiere buscar ayuda para abandonar esa homosexualidad, nadie debe tener el derecho de prohibírselo. Por poner un ejemplo, es como si alguien promiscuo sexualmente, o que ve más pornografía de lo que considera normal, busca ayuda para salir de esos problemas. Pues es lo mismo. Si una persona, libremente, quiere buscar ayuda para abandonar lo que sea, debe, por supuesto, poder hacerlo. Incluida la homosexualidad. Lo contrario es pura y simple imposición.
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