Pedro Sánchez si jugara al poker siempre llevaría mangas largas. Y es que tiene varias cartas escondidas en la manga. Una de ellas, probablemente la más importante, es utilizar a los presos, cuando sean condenados, en beneficio propio. Cabe la posibilidad de que les ofrezca el indulto, tan deseado por ellos, a cambio de que JxCat y ERC se olviden de sus sueños independentistas, al menos mientras él ocupe La Moncloa. Puede ser que al cambalache le añada algo como un nuevo estatuto catalán. O no.
Pero si Sánchez consigue que JxCat y ERC vuelvan al redil de la Constiución y la legalidad, ya pueden desgañitarse PP y Cs diciendo que ya lo anunciaron. Tras un tiempo prudencial para demostrar que ha conseguido amansar al secesionismo catalán convocará elecciones generales anticipadas y las ganará por casi mayoría absoluta.
A este paso su meta de superar la estancia en La Moncloa de Felipe González la va a conseguir sin problemas. Bueno, si no aparece una crisis económica en el horizonte que tira por tierra sus sueños y que ponga, como siempre, en el gobierno a la derecha a arreglar los desmanes de la izquierda. Pero si ese supuesto no se da puede ser que tengamos Pedro Sánchez para rato. Sobre todo vista la poca memoria de los votantes (que no ciudadanos) españoles.
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