Hace unos días, cuando me enteré de que a Matteo Salvini le había salido mal su intento de convocar elecciones generales anticipadas y que se había llegado a un pacto entre los partidos M5E y PD que le dejaba fuera del gobierno, pensé en escribir un artículo en este pequeño rincón en la línea de que me daba la impresión de que había sido un complot contra Salvini. Al final me pareció muy conspiranoico y lo dejé.
Conspiranoico las narices. Nada más y nada menos que El País dice que había ya una operación en marcha para apartar del poder al líder de la Liga. Pero no solamente eso. Dice que esta salida de Salvini sería apoyada, ojo al dato, desde el presidente de la República hasta la Santa Sede. Y, otra frase a tener en cuenta, un gobierno sin Salvini sería más institucional y cercano a la UE.
La Unión Europea, el presidente de la República, el Vaticano. Todos contra Salvini. Vale la pena el artículo completo.
¿Su enorme delito? Defender la soberanía italiana contra las mafías de los inmigrantes ilegales. Así están las cosas.
Por ahora. Que hasta el rabo todo es toro. Porque sin duda Matteo Salvini está derribado. Mucho. Pero no está derrotado. No aún.
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