Por primera vez en mi vida asistí al funeral y entierro de un bebé que nació muerto a los cinco meses de embarazo. Impresionante observar su cuerpo perfectamente formado en el pequeño feretro blanco. Jamás pensé ver algo así. E inevitable recordar que muchos creen (o quieren creer) que ese bebé no es un ser humano y que se le puede matar sin miramientos dentro del útero materno.
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