Yo fui un firme creyente en la llamada primavera árabe. Pero me di de bruces contra la realidad. No se puede ayudar a quien no quiere ser ayudado.
Y, para colmo, algunos de los regímenes más opresores del planeta se cuentan entre los aliados de los países occidentales, como por ejemplo las famosas monarquías del Golfo, con Arabia Saudí a la cabeza. ¿A esos países no vamos a exportar nuestros valores de democracia y libertad? ¿Tampoco a China y Corea del Norte? ¿O solamente vamos a exportar nuestro ideario a países pobres y fáciles de controlar militarmente?
La realidad es que democracia y libertad más o menos reales tan solo existen, en América, en Estados Unidos, Canadá y Chile; en Europa, en los países de Europa Occidental (y no todos); en Africa, en Sudáfrica; en Oceania, en Australia y en Nueva Zelanda; en Asia, en Japón, en Corea del Sur y en Taiwan; y en Oriente Medio, en Israel.
Puede que me haya olvidado alguno, porque escribo de memoria. Pero lo que intento decir es que nuestros elevados valores sociales no son compartidos por la inmensa mayoría del mundo. Desgraciadamente, pero las cosas son así. Y no podemos seguir malgastando dinero y energías en una batalla que se ha demostrado perdida, dinero y energías que deben emplearse en beneficio de las ciudadanías nacionales.
Hola.
ResponderEliminarSi bien es cierto que nos dimos de bruces con la primavera árabe y de que pareciera que hay naciones que no quieren ser ayudadas. La verdad es que es difícil vivir una democracia en paz sabiendo que hay cogéneres viviendo en regímenes dicatatoriales... Es lo que creo.